Volar un papalote


Todo mundo en algun momento de su vida debería volar un papalote. Hay algo en los afanes para ponerlo en el aire, y luego en tenerlo ahi, pendiente de un hilo, una casi milagrosa suspensión de la ley de gravedad, hay algo en eso que es mágico.

Hoy fuimos a el deportivo Cuemanco a volar papalotes, con Marcela, Javier y Luz de Luna. Hizo uno de esos días perfectos, desde que llegamos a comprar nochebuenas, pasando por el cielo sin nubes, Juanito vacilando, la tranquilidad dominguera y los tres papalotes en el aire, hasta el Iztaccihuatl despidiéndose con una luz roja de los últimos rayos del sol en la tarde.

Y aqui estoy, cansado pero de esos cansancios ricos, despues del baño, pensando que volar papalotes es algo que se te mete en la piel y que conjuga tantas metáforas. Viento, aire libre, actividad individual, actividad social, volar, reir…

Se que quienes me lean hayan volado papalotes alguna vez lo comprenderán. Y si no han volado un papalote, pónganse en contacto conmigo y lo remediamos. Yo puedo ayudarles, ser su guía, estaré gustoso de engancharlos. Es un vicio del cual no hay suficientes adictos aún.

Nos leemos

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2 respuestas a “Volar un papalote”

  1. Si papalote=mariposa y papalotear=mariposear… Definitivamente no es lo mismo y definitivamente te deseo que seas feliz, ¡mariposón!