
Empieza la ida a Machu Picchu, salimos a las 8 am y empiezo a vislumbrar lo bien organizados que están para controlar a todo el turismo. El flujo es constante, los sitios arqueológicos parecen asamblea de las naciones unidas, y el anfitrión (quien es el que dá la cara por parte de la operadora turística que contratamos por internet) nos confirma que el 60% de la actividad económica de Cusco es relacionada con el turismo en conexión primaria y secundaria. Él mismo estudio geología (la segunda actividad económica de Cusco es la minería de oro y plata), pero me imagino que tuvo mejor oportunidad dedicado a organizar viajeros.

Día domingo, fuimos al Valle sagrado. Este valle podría recorrerse en dos o tres días, nuestro tour iba a ocuparnos todo el día con visitas a Pisaq (prehispánico y pueblo), Urubamba, y Ollantaytambo.
Este valle tiene un sitio arqueológico cada 5 km y tambien algún pueblecito que se dedica a algo en especial, que si la cerámica en Puka Pukara, que si la comida, etc. Entonces estuvimos viendo cultura popular y cultura prehispánica todo el día.
Antes de llegar a Pisaq paramos en el mirador donde se ve una perspectiva del rio Urubamba con las montañas de la sierra a un lado. La carretera va paralela al río y solo salimos de ella para subir a Pisaq, como siempre los sitios Incas son en las alturas, por cuestión estratégica. Otro dato interesante es que los españoles prohibieron vivir en estas ciudades altas, obligaron a que los asentamientos fueran en los valles y tierras bajas. Lo que quiere decir que casi todas estas ciudades estaban vivas en mediados del siglo 16.
Pisaq fue nuestro encuentro con la arquitectura «de la gente común», con el sistema de terrazas que en ocasiones es para la agricultura y en otras ocasiones es para contener la erosión.




Frente a Pisaq hay un cementerio, ocupaban cuevas en la ladera de la montaña para hacer los entierros. La gente realmente importante la momificaban para tener las momias como presencia, es decir, nunca las enterraban realmente, las tenian en exhibición y en ocasiones especiales las llevaban a los centros de culto, pero obviamente estas eran unas cuantas, el resto de la gente la enterraban en cuevas, desafortunadamente estas «huacas» han sido saqueadas en los siglos que este tipo de pueblos fueron olvidados durante la época colonial. Lo que me hizo preguntarme donde estarán todos los restos arqueológicos tanto de huacas como de excavaciones en general. El último día fuimos al museo del Inca y creo que muchos de estos sitios tienen algún museo de sitio, pero nosotros no entramos a ningún museo de sitio y lo que vi en el museo del Inca me parece bueno pero insuficiente. ¿donde estaran todos estos objetos?. Los objetos de metales preciosos seguramente se fundieron y acabaron como monedas o lingotes en el tesoro español.


Bajamos de Pisaq arqueológico a Pisaq pueblo y tuvimos un tiempo para ver un mercado de artesanías y algo de artesanos joyeros. Las artesanías las ves en todos lados, al grado de que ya te mareas. Juan compró recuerdos para sus amigos en este mercado, y un nuevo peluche para su colección «ciudad muñeco».
El recorrido continuo hasta llegar a Urubamba, donde hicimos la parada para almorzar. El almuerzo era incluido por la agencia de viajes y me sorprendió gratamente el buffet, muy bueno. ¡Mi mamá comió trucha! :-)


De ahí fuimos a Ollantaytambo. Estas también son unas ruinas impresionantes en dos montañas distintas.



Ollantaytambo estaba en proceso de construcción cuando la conquista española, y como parte del enfrentamiento Inca-España el Inca inundó el valle en el que está Ollantaytambo, lo que provocó la destrucción de algunas de sus construcciones. Pero una cosa interesante es que se tienen los remanentes que nos demuestran como cortaban la piedra en la cantera (a unos kilómetros en la montaña vecina) y la llevaban hasta la cima de la ciudad (cruzando el río, y por una red de planos inclinados que aun existen). Hay piedras que están colocadas en su sitio y otras que se quedaron en el lugar donde las estaban puliendo y cortando, así que es bastante bien fundamentada la técnica constructiva. Usualmente los libros de historia dicen que movían estas grandes piedras sobre troncos, empujándolas, pero por los vestigios de este sitio se sabe que más bien las hacían rodar sobre piedras de río pulidas y esféricas.



Cuando bajamos de las ruinas de Ollantaytambo, en la tarde, en ese mismo pueblo tomamos el tren que lleva a Aguas Calientes, también conocido como Machu Picchu pueblo. A este pueblo no hay carretera, el único medio de transporte es el tren, es un viaje escénico muy bonito también. Hay algunos a los que les gusta el deporte andino que caminan desde Cusco usando el camino del inca, pero no era nuestro plan, jeje. Los grupos que caminan hacen cuatro o cinco días desde Cusco, o dos días desde Urubamba, o un día desde Ollantaytambo. Estos grupos tiene que registrarse para hacer esta excursión y se mantiene limitado el numero de gente ya que se cruzan despoblados a gran altura y no es una excursión para el público general, si tiene cierto nivel de riesgo.

Aguas Calientes es un pueblo pequeñito en un lugar donde hay fuentes termales, de ahí su nombre. A nosotros nos recordó Baños de Agua Santa (de Ambato) . Con una geografía super accidentada y vertical, todo el pueblo dedicado al turismo y con una gran tendencia al hippismo. Prácticamente todos los edificios son hoteles y hostales de todos precios y calidades. Incluso como mucha gente no sabe que hay baños de aguas termales, hay tiendas que alquilan trajes de baño y toallas.

Llegamos relativamente tarde a Aguas Calientes. Nuestro Tren tuvo que parar por dos horas a dar paso a otros trenes porque un tren que venia en sentido contrario se descompuso y tuvimos que esperar a que lo sacaran de la vía. En ves de llegar a las 8 pm llegamos a las 10 pm, lo único que hicimos fue buscar una pizzeria («Cala», también buenísima. confirmo que en Perú se come bien por regla general) e irnos a dormir. La agencia de viajes nos recomendaba estar en la fila para los buses que te suben a Machu Picchu a las 4:30 am pero por la caminata del día y el retraso en el tren decidimos mejor llegar a Machu Picchu a las 7am.
Y así terminó el segundo día (y el mes de abril).